lunes, 2 de julio de 2007

Esperanza

Su mirada lo daba a entender, ya no esperaba que algo cambie. No parecia estar muy esperanzado, miraba fijo el postigo de la ventana que daba al patio de atrás, en el que un arbol de inmensa copa condimentaba un cielo austero, gris, sin mucho brillo. Era un día como la mayoria de los anteriores, seco, frio y solitario. Permanecio quieto durante 30 minutos, sin moverse y sin apartar la vista de la ventana.

La vida en un pueblo no es siempre pasadera, a veces el tiempo parece ser mas lento que la misma agonia que acompaña su espera. Creo que de no ser por el inmenso arbol que junto al cielo ambientaba un paisaje ameno, este hombre no hubiera tenido ninguna contencion sobre su angustia. Su cara ausentaba cualquier emocion, sus ojos no fijaban la vista, la dejaban ir.

Era obvio que no habia nada guardado en su interior, si hubiera tenido la necesidad de hablar creo que hubiera sido mas duro que su propia intencion.

Hay algo puro y unico en la gente desesperanzada, que ya no quieren superarse, no aspiran a nada nuevo. Es mas sano que cualquier clase de ambicion. Cuando se esta angustiado, uno quiere que la vida pase de lado, que no perturbe, que sea un poco mas agradable.

Enfrentandose a su propio vacio es que el hombre intenta desarraigar lo que lo mantiene apagado, lo que sobrecarga el peso en su espalda. Lo que le hace sentir amarga la garganta, que no es mas que el gusto de su propia angustia.


6 comentarios:

Serj Alexander Iturbe dijo...

Che, puto! Cambiale el color del fondo que te voy a cagar a puñetes!

Gabriel dijo...

Irritando al projimo de forma rigurosa, ese es el semblante de este irritante naranja mate.

Serj Alexander Iturbe dijo...

te vas a cagar, putarraco de zanja mal cavada...

Gabriel dijo...

lo esencial es el contenido, lo demas es circunstancial.

Serj Alexander Iturbe dijo...

Pero por lo menos podrías ayudar a que se lea mejor, ya que lo leemos...

Gabriel dijo...

su reclamo sera atendido por nuestro personal de atencion al usuario. El mismo no suele hacer caso omiso de las exigencias planteadas por los intrepidos visitantes, pero quizas se preste a deliberar sobre la practicidad de la estetica bloggera.